El abandono escolar en la educación media superior en México desde una perspectiva de género y juventud

El abandono escolar en la Educación Media Superior (EMS) en México es un problema complejo que, a menudo, no se aborda desde una perspectiva de género y juventud. Este fenómeno está influenciado por una combinación de factores socioculturales y económicos que se expresan en diferencias persistentes. Por ejemplo, una mayor tendencia de abandono para los varones jóvenes. En los últimos años, esta tendencia se ha reflejado en la disminución de la matrícula masculina y el incremento de la femenina. Para entender y actuar sobre este tipo de fenómenos, es necesario un enfoque comprensivo que considere tanto las barreras económicas como los estereotipos socioculturales que enfrentan los jóvenes en su relación con la escuela.


Durante los ciclos escolares 2020–2021 y 2022–2023, la matrícula masculina a nivel nacional en la EMS disminuyó 2.3% (43,874 estudiantes), mientras que la femenina aumentó 2.2% (46,189 estudiantes) (INEGI, 2023). Esta relación no es un caso aislado, sino que refleja una tendencia sostenida. Los roles de género tradicionales desempeñan un papel crucial en esta dinámica. Es más común que los hombres de entre 15 y 17 años abandonen la escuela para trabajar o migrar, roles que son culturalmente más aceptados en contextos de mayor escasez.


Las causas del abandono escolar entre los varones jóvenes son múltiples y complejas. El impacto económico es una de ellas, lo que explica en parte que el 8.9% de los jóvenes de 15 a 17 años abandonaron la escuela para trabajar y apoyar económicamente a sus familias debido a la reducción de ingresos durante la pan-demia de COVID-19 (INEGI, 2020). Además, las dificultades de acceso a la educación a distancia afectaron al 26.6% de los estudiantes, especialmente en zonas rurales o de bajos recursos (INEGI, 2021). La falta de apoyo en el hogar y la dificultad para mantener la motivación en un entorno de aprendizaje remoto afectaron al 18.2%de los estudiantes, y el cierre definitivo de algunas instituciones educativas impidió que 4.1% de los estudiantes continuaran sus estudios (INEGI, 2020).

Estas cifras resaltan la necesidad de una intervención por varias vías que aborde tanto las barreras económicas como las tecnológicas y sociales. Es también esencial comprender la relación entre los estereotipos de género y la condición juvenil para desarrollar políticas efectivas que promuevan la continuidad educativa de los jóvenes en su tránsito por los estudios medios y a la educación superior (Sánchez Mendiola et al., 2021). Además de que permita identificar de manera oportuna situaciones asociadas con la desafiliación escolar desde diferentes aristas, tanto aquellas vinculadas con el género, como con la condición juvenil.


Procurar un enfoque de este tipo obliga a considerar varios factores interrelacionados, como las expectativas de género asociadas a la educación, y cómo roles tradicionales pueden influir significativamente en las decisiones de los jóvenes de abandonar o permanecer en la escuela. Si bien es cierto que algunos jóvenes ven en el trabajo o la migración una posibilidad más prometedora que los estudios, para algunas mujeres las presiones de asumir responsabilidades domésticas o de casarse a una edad temprana también pueden llevar al abandono escolar; las limitaciones económicas pueden priorizar la educación de los hijos varones sobre las hijas, basándose en la percepción de que los hombres tendrán más oportunidades de empleo mejor remunerado si permanecen en la escuela. El ambiente escolar también juega un papel importante en la relación de los jóvenes con la escuela, la discriminación o el acoso por género pueden impactar negativamente en la experiencia estudiantil, así como las expectativas personales y la autoestima pueden variar significativamente entre sexos debido a la socialización y los roles de género impuestos. Las y los jóvenes pueden experimentar una falta de confianza en sus capacidades académicas debido a estereotipos negativos que contribuyen al ausentismo, la reprobación y el abandono. En este rubro, la literatura especializada ha encontrado que los varones jóvenes suelen describir un mayor desinterés por los estudios en comparación con las mujeres.


Al respecto, la condición juvenil también juega un papel relevante al estar estrechamente relacionada con los procesos de transición a la vida adulta y la búsqueda de identidad, lo que puede hacer que los jóvenes sean más susceptibles a presiones sociales, especialmente entre los 15 y 17 años, cuando suceden muchas de sus primeras veces. Por ejemplo, en este rango etario es cuando los jóvenes interrumpen sus estudios; consiguen su primer trabajo; salen por primera vez de la casa de sus padres; tienen sus primeras relaciones de noviazgo y sus primeras experiencias sexuales (ENJ, 2000, 2005 y 2010). Y todas estas primeras veces en la vida de los jóvenes suelen estar relacionadas con su experiencia escolar. En suma, la intersección de juventud y género crea un espacio de especial relevancia para entender su relación con el abandono y con la escuela en general.


Acorde con la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020 del INEGI, los varones inscritos en educación pública tienen una tasa de no conclusión del 2.1% en comparación con el 1.9% de las mujeres. En educación privada, la diferencia es aún mayor: el 5.5% de los varones no concluyen sus estudios frente al 2.8% de las mujeres. Además, en contextos rurales y entre hablantes de lenguas indígenas, la matrícula escolar es significativamente menor. Sólo 61.9% de los jóvenes en localidades de menos de 2500 habitantes asisten a la escuela, comparado con el 77.6% en localidades urbanas (MEJOREDU 2022). Estas cifran cobran mayor significado si se interpretan desde una óptica que com-prenda a los estudiantes como jóvenes, sus contextos situados y las diferencias que resultan por género, entre otros factores que se encuentran íntimamente interrelacionados.

Para abordar la problemática del abandono escolar en la EMS en México, es indispensable una estrategia que integre enfoques de género y de juventud, basados en la participación activa de los estudiantes y respaldados por investigaciones académicas. Los puntos clave para esta estrategia podrían incluir:

Participación activa de los jóvenes

• Incluir a los jóvenes como actores clave en el proceso de identificación de sus problemas y soluciones.
• Escuchar activamente a los estudiantes y fomentar su participación en el diseño de políticas educativas.
• Generar estrategias pertinentes y efectivas para su desarrollo educativo y personal, evitando que se les vea sólo como matrícula y su permanencia en la escuela como una meta gubernamental.

Desarrollo de programas de mentoría y tutoría

• Ofrecer apoyo académico y personal continuo a los estudiantes.
• Diseñar programas sensibles a las necesidades específicas de los jóvenes.
• Proporcionar acompañamiento cercano que refuerce tanto el desempeño académico como el bienestar emocional.
• Ayudar a los jóvenes a mantenerse en la EMS y a enfrentar desafíos durante su educación.
• Trabajar sobre los razonamientos y estereotipos socializados entre los jóvenes en riesgo de abandonar la escuela o que ya han interrumpido sus estudios.

Formación de docentes y personal educativo

• Formar en temas de género y juventud para ofrecer apoyo adecuado y comprensivo a los estudiantes.
• Incluir estrategias pedagógicas que reconozcan y aborden las diferencias de género en el ámbito educativo.
• Permitir a los docentes comprender mejor las necesidades y desafíos específicos de los estudiantes en la EMS.
• Reconocer la escuela como un espacio de vida juvenil, no sólo como un centro de enseñanza (Guerra Ramírez, 1998).

Finalmente, es fundamental desarrollar políticas públicas focalizadas que se adapten a las necesidades concretas de las y los jóvenes en su heterogeneidad, en particular de aquellos entre 15 y 17 años. Estas políticas deben basarse en el conocimiento de los jóvenes-estudiantes, mediante un análisis de sus contextos y desafíos. Es esencial que estas políticas sean flexibles y enfocadas en las particularidades de diferentes comunidades escolares, considerando factores como el entorno rural, las lenguas indígenas, el género y las diversas realidades socioeconómicas y culturales. Un enfoque específico y no universal es crucial para abordar de manera efectiva el abandono escolar, así como otros problemas en la relación jóvenes-estudiantes y escuela, capaz de promover una educación más inclusiva y equitativa.

Con información del Dr. Luis Antonio Mata Zúñiga, investigador del Instituto para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana.

    Referencias:

    1. ENJ. (2000). Encuesta Nacional de
      Juventud. Instituto Mexicano de la Juventud.
    2. Guerra Ramírez, M. I. (1998). Los jóvenes
      frente a la desigualdad en las oportunidades
      de educación media superior en el contexto de un bachillerato universitario y uno tecnológico. Instituto Politécnico Nacional.
    3. INEGI 2020. Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020. https://www.inegi.org.mx/contenidos/investigacion/ecovided/2020/doc/ecovid_ed_ 2020_presentacion_resultados.pdf
    4. INEGI 2021. Encuesta Nacional sobre
      Acceso y Permanencia en la Educación (ENAPE) 2021. https://www.inegi.org.mx/rnm/index.
      php/catalog/832
    5. INEGI (2023) Matrícula escolar por entidad federativa según nivel educativo, ciclos escolares seleccionados de 2000/2001 a 2022/2023.
    6. MEJOREDU. (2022). Indicadores nacionales de la mejora continua de la educación en México. Cifras del ciclo escolar 2020-2021. Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación. https://www.mejoredu.gob.mx/images/publicaciones/indicadores-nacionales-2022.pdf
    7. Reguillo, R. (2010). La condición juvenil en el México contemporáneo. Biografías, incerti- dumbre y lugares. In Los jóvenes en México
      (pp. 395–429). FCE–Conaculta.
    8. Sánchez Mendiola, M., Herrera Penilla,
      C. J., Buzo Casanova, E. R., García Minjares, M., Maya López, M. J., y Martínez González, A. (2021). Transición de la educación media superior
      a la educación superior: estudio en la UNAM. Revista Digital Universitaria, 22(2). https://doi.org/ 10.22201/cuaieed.16076079e.2021.22.2.10